jueves, 15 de julio de 2010

Casa Historica de Tucuman


La Casa Histórica de la Independencia, es un edificio histórico localizado en el centro de la ciudad argentina de San Miguel de Tucumán, donde un cuerpo de delegados de la mayoría de las Provincias Unidas del Río de la Plata, conocido como el Congreso de Tucumán, proclamó la declaración de independencia de la Argentina, el 9 de julio de 1816. Al momento de declararse la Independencia la casa pertenecía a Don Pedro Antonio de Zavalía y Andía Varela quien la había recibido como dote de casamiento con Doña Gertrudis Laguna y Bazán.

jueves, 8 de julio de 2010

Perfil de Juan Jose Castelli

Juan José Castelli fue uno de los impulsores de la Revolución de Mayo, gesta con que se inició el proceso que daríalugar a la Nación Argentina. Como abogado y periodista, Castelli fue uno de los introductores de las ideas de la Ilustración al Río de la Plata. Como político, formó parte de la primera sociedad secreta criolla que más adelante sería conocida como “partido de la independencia” y negoció con emisarios y espías de la corona británica, a la que se opuso cuando se revelaron sus intenciones anexionistas. Secundó a Manuel Belgrano en el “Carlotismo”, un malogrado proyecto que proponía crear en el Virreinato del Río de la Plata un reino independiente, con una monarquía constitucional encabezada por Carlota Joaquina de Borbón.

Sin embargo su contribución más importante fue su acción política que logró la unidad entre las diferentes facciones de la política criolla, sin la cual no hubiese llegado a buen fin la revuelta de Mayo. Cuando llega la noticia de la caída Junta de Sevilla se inicia el proceso que concluiría en la Revolución de Mayo y la figura de Castelli cobró una gran relevancia. Junto a Belgrano inició las negociaciones para realizar un cabildo abierto, ya que al caer la Junta que había designado al virrey, la autoridad del mismo carecía de legitimidad. La presión ejercida por Castelli y Martín Rodríguez, más la negativa de Saavedra a dar apoyo al virrey con el Regimiento Patricios, obligo a Cisneros a permitir la realización de las sesiones del cabildo.

La oratoria desarrollada por Castelli en estas jornadas le hicieron ganar el mote de “el orador de Mayo” y su conducción política fue determinante para el éxito de la revolución. En la jornada del 22 de Mayo, Castelli intentó imponer su idea de que a falta de una autoridad legítima, la soberanía regresaba al pueblo y éste debía gobernarse a sí mismo –la llamada doctrina de la retroversión de la soberanía de los pueblos–. Sin embargo, el Cabildo decidió formar una junta que incluía a Castelli y Saavedra pero que era presidida por Cisneros. Por tal motivo, tanto Castelli como Saavedra renuncian a los cargos y esta junta nunca llegó a gobernar. Inmediatamente, los representantes de las distintas extracciones criollas de la política local comienzan a negociar y conforman la lista de integrantes para la Junta que se proclamaría el 25 de mayo. Castelli es designado Vocal. En estos días forja una fuerte amistad con Mariano Moreno, con quien comparte tanto los ideales rousseaunianos como una fuerte voluntad de extremar medidas para consolidad el nuevo gobierno. Tal actitud les hizo ganar el calificativo de “jacobinos”.

Uno de los primeros actos de gobierno propulsado por Castelli fue la expulsión de Cisneros y los oidores de la Real Audiencia. En agosto, frustrada la contrarrevolución encabezada por Santiago de Liniers en Córdoba, la Junta comisiona a Castelli para ejecutar la orden de fusilamiento de los rebeldes. En Cabeza de Tigre, en el límite entre Santa Fe y Córdoba, Castelli ordenó el fusilamiento del ex virrey y del gobernador cordobés Juan Gutiérrez de la Concha –entre otros conspiradores–. Domingo French fue el encargado de ejecutar la sentencia. El 6 de septiembre la Junta dispuso que Castelli asumiera el mando político del “Ejercito del Perú” –Ejercito del Norte– y dirigiese las operaciones de la Campaña al Alto Perú. Las tropas dirigidas por González Balcarce vencen al ejército realista en la batalla de Suipacha –7 de noviembre– y el Alto Perú lo que permitió controlar todo el Alto Perú sin oposición.

Castelli instaló su gobierno en Chuquisaca y comienza a hacer reformas de índole social y económico: proclama el fin de la servidumbre indígena y prohíbe en el Alto Perú. Reorganiza la Casa de Moneda de Potosí, planea la reforma de la Universidad de Charcas y propone conceder el derecho a voto a los indígenas. Prohibió que se establecieran nuevos conventos o parroquias, para evitar que los indigenas fueran sometidos a servidumbre por las órdenes religiosas. Este decreto fue publicado en castellano, guaraní, quechua y aymará. Coherente con estas reformas, Castelli festejó el 25 de mayo de 1811 en Tiahuanaco con los caciques indios, donde rindió homenaje a los antiguos incas.
Sin embargo, a pesar de las profundas transformaciones sociales y políticas que propicia en la sociedad altoperuana a favor de los indios y criollos, esta experiencia concluye en forma catastrófica. En parte, el fracaso es causa de la precaria situación militar y final derrota del Ejercito del Norte; pero mucho más se debe a la intransigencia y dureza de su gobierno a la hora de imponer un nuevo orden que, a todas luces, se oponía a la cultura política y religiosidad popular.
Tras la derrota de Huaqui –19 de junio– los habitantes del Alto Perú abrieron las puertas de sus ciudades a los realistas y el ejército debió abandonar rápidamente esas provincias. En octubre, Castelli fue separado de su cargo y, en diciembre, enjuiciado en Buenos Aires por sus adversarios políticos, es decir, el Primer Triunvirato. Un cáncer de lengua, lo imposibilitó de defenderse de palabra. La justicia no había llegado a expedirse un año después, cuando falleció en octubre de 1812.

Juan José Castelli tal vez fue nuestro primer gran político. Iluminado por las nuevas ideas desarrolló una acción política que señaló el camino hacia la nueva Nación Argentina. Su vida ilustra las terribles tensiones que deben soportarse cuando se desea cambiar radicalmente su tiempo. Es la historia de las múltiples contradicciones que la acción política debe resolver para prohijar la construcción colectiva de una nueva sociedad.